Julio Ricardo San Martino (Córdoba, Argentina, 4 de marzo de 1922 - 29 de julio de 1971) fue un soldado con un perfil algo divergente al estereotipo del militar de aquellos días y, también, profesor que ocupó cargos públicos en su provincia (1967 - 1971), entre ellos, jefe de la Policía provincial.
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Primera parte.
Primeros años.
Tres de sus abuelos fueron inmigrantes. Dos italianos, uno español y la otra abuela era criolla. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Monserrat y, para la adolescencia, ya destacaba en la oratoria y en la escritura y había creado varios poemas, algunos de los cuales se publicaron en revistas literarias. En aquellos días abrazó al grupo Tacuara, de fuertes sentimientos nacionalistas. Espíritu que lo llevó a ingresar al Colegio Militar de la Nación, siendo el más joven de la Camada N°69 de esa institución (1) (F.3) (F.4).
El subteniente se puso a las órdenes de Perón.
Ya oficial del Ejército Argentino y en el cuerpo de Infantería se destacó en sus primeros destinos, lo que motivó que al joven subteniente lo destinaran al regimiento Patricios, destino a donde la fuerza solía enviar a sus más destacados y prometedores oficiales. Fue allí, en que el amor por los humildes de su pueblo y los sueños de una Patria grande, socialmente justa, libre y soberana se conjugaron con la visión de un coronel que parecía ser capaz de conducir al país por aquella senda. El entonces coronel Perón había dado pláticas a los noveles oficiales e ingresado en el alma de muchos soldados. Y así fue cómo, según lo relatado en Yo fui Leal, su libro manuscrito, cuando el entonces vicepresidente Perón fue destituido y escasos días antes de que lo enviaran a la isla Martín García, cinco subtenientes fueron a ponerse a sus órdenes y se dirigieron, poniendo en riesgo sus carreras, al departamento de calle Posadas en donde vivía Perón junto a Evita. Allí, los subtenientes San Martino, Giana, Escocozza, San Martín y Huergo, se pusieron a las órdenes del coronel Perón. San Martino describe en su libro el agradecimiento afectuoso de Perón por aquel gesto de arrojo y que Evita los despedía, cuando bajaban en el ascensor, “agitando su pañuelo húmedo.” Imagen real y a la vez metafórica que representa la emoción de Evita al ver a estos cinco jóvenes exponer sus vidas y carreras para apoyar a tan sólo un coronel destituido, aun antes de que ser peronista representara algo importante en el país y que el entorno del general abundara de aduladores, ya que aún ni siquiera había ocurrido el 17 de octubre. Hacía falta mucho valor y convicciones para ofrecer tanto. Un gesto que Perón valoraría y que lo llevaría a apoyarse en esos cinco hombres en adelante (2) (F.9) (F.10) (F.11) (F.12) (F.13) (F.14).
Su familia.
Se casó con Emmy Garbino Fúdikard, de una tradicional familia oriunda de Gualeguaychú, con quien tuvo cuatro hijos (F5) (F.6) (F.8).
Su legajo lo muestra como un militar sobresaliente.
En éste consta que su calificación anual, en casi todos los años, fue: “Sobresaliente” (3) (F.7).
Se diplomó como Oficial de Estado Mayor.
Obtuvo el primero (o segundo, pues fue discutido y nunca resuelto) mejor promedio de su clase en la Escuela de Guerra (F.7).
Leal a muerte. La cárcel. La baja.
Participó de reuniones con militares y civiles afines al anterior gobierno democrático a principios de 1956, durante el período más álgido de la Revolución Libertadora, lo que motivó que se lo condenara por el delito de “conspiración” a dos años efectivos de cárcel y a la baja de su amado ejército. Por este supuesto delito fue apresado el 2 de abril de 1956, dos meses antes del levantamiento de junio de ese año por el que fueron fusilados entre otros, el General Valle y dos de sus amigos personales, camaradas de armas y de iguales convicciones políticas, los oficiales de ejército Oscar Cogorno y Ricardo Ibazeta (F.17) (F.18) (F.19).
El general Franklin Lucero en su libro: El Precio de la Lealtad, cita a Julio Ricardo San Martino como uno de los tantos militares argentinos que tuvieron que sufrir terribles injusticias por ser leales (4).
Su libro y el norte de sus sacrificios.
En su duro presidio que incluyó meses de incomunicación y un período en una cárcel de presos comunes, escribió su libro manuscrito: Yo fui Leal, en donde relata cómo y por qué un joven oficial abrazó aquella causa, su presencia en el departamento de Perón y Evita, su participación en el 17 de octubre, un evento en el que los cinco subtenientes y siete más conformaron la guardia personal de Perón y sus penurias por participar de reuniones siendo oficial. También realiza una autocrítica a los abusos del régimen peronista y a la excesiva presencia de la primera dama en algunas cuestiones de Estado mostrando el equilibrio de sus ideas. Durante su cautiverio aprendió trabajos manuales haciendo servilleteros, bolsas y, entre azulejos e hilos plásticos, dejó la marca de sus fuerzas espirituales con su lema: “Por mi Patria, mi Ejército y mi Pueblo.” En ese orden. Esos, sin duda, fueron sus principales tres motivadores y a los que fue leal hasta el último día (F.9) (F.10) (F.11) (F:12) (F.13) (F.14) (F.16) (F.17) (F.18) (F.19) (F.20) (F.22) (F.24).
Otros arrestos y persecuciones.
En 1959 cumplió 30 días de arresto en la Brigada IV Aerotransportada por el contenido de una queja escrita referida a temas sobre nuestro petróleo enviada al presidente Frondizi y, luego, en 1960, también perseguido y sospechado por militares afines a la Libertadora de pertenecer a la Resistencia Peronista pasó un tiempo similar en el mismo lugar, pero no se le comprobó nada y fue liberado (F.29) (F.31).
Profesor universitario (UCC) y del Liceo Militar General Paz.
Cumplida su condena y luego de reclamos judiciales logró recuperar su grado, pero se lo concedieron sólo en situación de retiro.
A partir de 1958, como hombre pobre pero libre, comenzó una nueva vida buscando trabajo. Primero lo hizo como empleado en el comercio, más tarde, como profesor del Liceo Militar General Paz, cosa que ejerció hasta su muerte. Tiempo después, puso una pequeña empresa de colocación de personal y, posteriormente, fue profesor titular en dos materias en la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Córdoba, en donde y con el tiempo fue designado vicedirector de ésta. Durante esos años, además de destacarse en sus discursos durante las festividades patrias del Liceo Militar General Paz, fue coautor de la marcha de esa institución (“Verdad, Justicia y Equidad”. Música: Volpini y Letra: San Martino) (5) (F.26) (F.27) (F.30) (F.32).
Entre azules y colorados.
En 1962, aunque retirado, abrazó la causa de los “azules” en aquella interna militar entre azules y colorados que finalizó con el triunfo nacionalista dentro de la fuerza (F.34).
Para 1966, durante el gobierno del jefe de los azules, Onganía, férreo antiperonista por rechazo al caudillo, pero afín a la estrategia política-social-económica del movimiento, en que se propuso al pueblo un “Peronismo sin Perón” e, invitado a participar de esto por sus siempre compañeros de armas e ideas, quienes ya habían llegado al grado de general, luego de recibir, según sus propias palabras, la autorización directa del mismo Perón, colaboró con el gobierno. De este modo, se conformó como una suerte de nexo moderador en la provincia entre el gobierno militar nacionalista y los líderes peronistas moderados con los que platicaba continuamente debido a sus funciones (9) (F.35) (F.36).
El entorno crítico. Argentina de los setenta. Otra oportunidad de servir.
29 de mayo de 1970, con el secuestro y posterior asesinato de Aramburu, hizo su presentación oficial en el país la guerrilla socialista de izquierda argentina enclavando un hito en la nación y, éste sería el comienzo de un entorno político considerado como de los períodos más críticos y difíciles del país y que influyeron en sus últimos días.
Poco después, el 14 de julio de 1970, Julio San Martino fue designado subjefe de la Policía de la Provincia y, a pesar de sus brillantes 15 años de carrera de oficial del Ejército que fue truncada injustamente a los 35 años, y sus casi 15 años dedicados a la docencia, es generalmente recordado por su vida pública, por lo que se recorrerán los hitos de este exiguo período.